"Naciste con el derecho de ser feliz. Naciste con el derecho de amar, de disfrutar y de compartir tu amor. Estás vivo, así que toma tu vida y disfrútala."
Dr. Miguel Ruiz, autor del libro.
Este es un libro que leí este verano y que lo encontré prácticamente “tirado” en un rincón en casa de mi padre. Al principio no le hice demasiado caso y pensé que si estaba por ahí perdido seguramente se debía a que no era interesante. Pero la magia de la la vida hizo que al cabo de poco lo viera en muchos otros sitios, tal y como he comentado en mi artículo "La vida te da señales", así como en un post en Instagram que trata sobre “lo que la mente nuestra lo que el corazón desea". Efectivamente, al cabo de pocos días, vi este libro recomendado en algunas cuentas que sigo en las redes sociales. Evidentemente eso lo interpreté como una gran señal para mi y sin dudarlo me lancé a leerlo.
Se trata de un libro maravilloso, una pequeña gran joya que resulta ser todo un “clásico” sobre crecimiento personal y espiritual. Además se lee en pocos de días y sus líneas te atrapan por la verdad y gran sabiduría que esconden.
“Los cuatro acuerdos”, escrito por el doctor Miquel Ruiz, trata sobre los cuatro pilares sobre los que se asienta la sabiduría tolteca, ubicada en el sur de México hace miles de años. Esta cultura estaba formada por científicos, estudiosos y artistas conocidos como “mujeres y hombres de conocimiento” que se dedicaban a estudiar y conservar el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados. Este legado se ha ido transmitiendo de una generación a otra hasta nuestros días. Miguel Ruiz, el autor, es descendiente de uno de los linajes de de esa cultura y nos comparte los sabios conocimientos de sus antepasados.
El libro nos invita a cuestionarnos las creencias limitantes y la domesticación a la que hemos sido tod@s sometidos por parte de la sociedad, el sistema, la cultura, nuestra familia, etc. y que limitan fuertemente nuestra libertad y capacidad para ser felices. Al final nos convertimos en Jueces y Víctimas de nosotr@s mism@s.
Sin embargo, la vida es mucho más sencilla, debemos volver a la raíz, al origen, a la esencia de todo, para poder llegar a ser lo que realmente somos: seres libres y llenos de paz. Para ello, la clave reside en interiorizar y poner en práctica cuatro acuerdos, tan simples todos ellos como reveladores. Son los siguientes:
1. Sé impecable con tus palabras.
2. No te tomes nada personalmente.
3. No hagas suposiciones.
4. Haz siempre lo máximo que puedas.
Veamos cada uno de ellos:
1. Sé impecable con tus palabras.
Es el acuerdo más importante y también el más difícil de cumplir. Las palabras constituyen el poder para crear, nuestra intención se pone de manifiesto a través de ellas. Creamos magia a través de ellas. Son la herramienta más poderosa que tenemos los humanos y constituyen también una arma de doble filo: pueden crear y también pueden destruir. Así que debemos ser muy cuidados@s con el uso que le damos a nuestras palabras. Ser impecable con nuestras palabras significa utilizar nuestra energía correctamente, hacer que la verdad se ponga de manifiesto a través de nosotr@s y limpiar todo el veneno emocional que tenemos en nuestro interior. Debemos evitar hablar mal a los demás, contar chismes y mentir, porque lo que estaremos haciendo será hablarnos mal a nosotr@s mismos, ser chismosos y mentirnos. Y todo eso es puro veneno para los demás y para nosotr@s. Debemos parar este hábito. Tenemos que utilizar las palabras apropiadamente para generar amor y eso nos llevará a la libertad personal, al éxito y a la abundancia.
2. No te tomes nada personalmente.
Sea lo que sea lo que la gente haga, piense o diga, no te lo tomes personalmente. Cuando alguien te engaña, insulta u ofende es porque te crees lo que te dice y te identificas con ello. Pero no es así. Lo que los otros hagan o digan tiene que ver únicamente con la persona que lo hace o dice, con sus propios sentimientos, creencias y opiniones. En realidad, está hablando de sí mism@, y está proyectando su veneno emocional hacia ti. De tí depende si quieres aceptarlo o no. “Cualquier ofensa es en realidad un confesión”. Si te lo tomas, te estás tomando su basura enocional y la estás convirtiendo en tu propia basura. Evita esto, se inmune. Ni siquiera te creas las opiniones que tienes sobre ti mism@ porque tu propia mente está plagada de tus creencias, juicios y valores. Entonces imagínate con los demás, aún tienen menor idea de como eres tú realmente. Aprende a que no tomarte nada personalmente sea un hábito firme y sólido y te evitarás muchos disgustos en la vida. Tu rabia, tus celos, tu envidia, incluso tu tristeza desaparecerán.
3. No hagas suposiciones.
Tendemos a hacer suposiciones de todo y nos creemos que lo que suponemos es cierto. Y eso es una fuente de problemas, porque al suponer, comprendemos las cosas mal, nos lo tomamos personalmente y acabos haciendo un gran drama de la nada. No vemos las cosas como realmente son, sino como sino como las interpretamos. Cuando creemos algo, suponemos que tenemos razón y que todo el mundo tiene que ver la vida de la misma manera que nosotr@s. Y estamos equivocad@s. La manera de evitar suponer es preguntar y comunicarse. Así podemos llegar a comprender a l@s dem@s, ponernos en su lugar y ver otros puntos de vista, enriqueciendo así nuestra vida.
4. Haz siempre lo máximo que puedas.
Bajo cualquier circunstancia, haz siempre lo mejor que puedas, ni más ni menos. Este último acuerdo es el que permite que los otros tres se conviertan en hábitos totalmente instaurados. A veces las cosas nos van a salir bien y otras no tanto, pero si tenemos claro que en todo momento hemos hecho lo máximo que hemos podido, vamos a estar satisfechos con nostr@s mism@s: no nos juzgaremos, ni nos castigaremos, ni nos haremos reproches. Aprenderemos a aceptamos y a ser conscientes de nuestros errores. Si además hacemos lo máximo que podemos disfrutando de nuestro trabajo, acciones, etc., viviremos con gran intensidad, seremos productivos y buen@s con nostr@s y con los demás. Y eso nos hará inmensamente felices.
Si honras estos cuatro acuerdos, los pones en práctica y los integras en tu vida, ésta será maravillosa y la controlarás al 100%. Pero para ello necesitas una voluntad fuerte ya que nuestro camino siempre se va a encontrar con obstáculos. Tu misión es trascenderlos. Al principio podrá resultar difícil, pero con constancia, consciencia y perseverancia lo podemos lograr. Al final, los cuatro acuerdos dirigirán tu vida y tu existencia se transformará para siempre.
En definitiva, este pequeño gran libro es un auténtico tesoro que vale la penar tener cerca para poder releerlo de vez en cuando, especialmente cuando nos sintamos “perdid@s” o bloqueados en la vida. Es un faro, una guía, un referente y un mapa que nos permitirá volver a “casa”, a nuestra más pura esencia, a nuestra verdad.
Es un libro maestro, mucha sabiduría